Vida Religiosa

Las hermanas benedictinas acogen en sus monasterios a clérigas protestantes para que estas fortalezcan su liderazgo, profundicen su vida espiritual y renueven su vocación pastoral. "Las quiero a todas y cada una de ellas. Hemos tenido pastoras desde menonitas a episcopales y todo lo que hay entre medias", indica la Hna. Mary Luke Jones, directora del programa Mujeres tocadas por la gracia, que desde hace más de 20 años ofrece retiros que construyen comunidad entre tradiciones cristianas distintas, pero unidas por la fe.

En su triple jubileo de 2025 —bodas de plata de sus votos, bodas de oro de sus padres y el jubileo bíblico—. la Hna. Rexilla Raymond narra su peregrinación interior: cuidar de su padre enfermo la llevó a abrazar el dolor, la esperanza y una vida religiosa fuera de los moldes institucionales. "Me he dado cuenta de que vivir una vida religiosa sinodal significa vivir una vida nómada, dispuesta a adaptarme a cada momento, abrazando los altibajos", escribe.

La Hna. Nadiezka Almeida denuncia el dolor que se vive en Cuba: la falta de democracia, la escasez y las mentiras oficiales. "¿Cómo esperan que trabajemos juntos si son capaces de amenazar con quitar la subvención si alguien disiente? ¿Cómo creerles cuando quieren callar el llanto por hambre de nuestros niños y ancianos?", cuestiona la religiosa de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Cuatro hermanas de distintas congregaciones comparten en el panel de La Vida de junio las luces y sombras de su noviciado: unas se encontraron con la realidad social como parte de su formación; otras vivieron normas rígidas que confundían fe con falta de sentido crítico; una creyó haber alcanzado la santidad al ingresar y luego entendió que también se necesita humor y esparcimiento; y otra, aunque vio cumplirse la promesa de vida de su congregación, tropezó con heridas y rencores de quienes no superaron su propio proceso formativo.

La Hna. Maryann Agnes Mueller reflexiona sobre su visita a Auschwitz y Birkenau y advierte que el 'pensamiento diferenciador' que en el pasado deshumanizó y asesinó a millones sigue presente hoy. "La 'diferenciación' le quita la humanidad a otro ser humano o grupo, provocando que se les trate como objetos, y es fundamental para que la gente común cometa actos de odio y violencia, y asesinatos en masa", advierte la religiosa.

Más de 3500 laicos en Vietnam colaboran con cuatro congregaciones de hermanas católicas para llevar atención sanitaria, educación y apoyo pastoral a personas vulnerables de diversas religiones. Muchos de ellos cubren con recursos propios su labor en favor de mujeres en situación de prostitución, huérfanos, y víctimas de catástrofes y de enfermedades crónicas. Estas asociaciones laicales también han contribuido con unas 420 vocaciones religiosas surgidas de sus propias familias.

Las vírgenes consagradas viven solas y sirven a la Iglesia, de acuerdo con sus talentos, bajo la guía del obispo diocesano, a diferencia de las religiosas, quienes viven en comunidad y siguen la regla de vida de su orden. "Espero que mi testimonio gozoso de cómo puede ser una relación con Dios pueda inspirar a otras [mujeres] a buscar una relación con Dios en su propia vida", manifiesta Miriam Marston, virgen consagrada de la arquidiócesis de Portland (Oregón). 

En el panel de La Vida de mayo, cuatro hermanas compartieron momentos en los que tuvieron que aferrarse o soltar algo, a propósito de la Ascensión del Señor y Pentecostés. Una relató cómo el Espíritu Santo la condujo a una nueva comunidad; otra dejó de mirar al pasado con nostalgia para contemplar el presente con esperanza; una tercera ahora abraza la vida y suelta lo que le impide amar como Jesús; y para otra, la oración transformó su dolor en acción de gracias.